Un hombre de 50 años fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional por resultar autor de cinco hechos de estafas reiteradas. El imputado se ofrecía para la construcción de casas prefabricadas. Pedía una entrega inicial del 50 por ciento y dejaba las obras inconclusas.
En el primer hecho denunciado, la damnificada contó que leyó en un diario local un aviso para la construcción de casas prefabricadas. El acusado usaba el nombre de fantasía “tuvivienda.com”. La mujer se comunicó con él para contratarlo. Deseaba instalar una vivienda en el terreno de su madre. El acusado se presentó en el domicilio, le mostró los modelos y le explicó el contrato. Le dijo que el pago inicial era del 50 por ciento, para la compra del material, y el 50 por ciento restante debía abonarse al momento de la entrega de la vivienda.
Días después, el sujeto regresó en una camioneta para tomar las medidas del terreno. La mujer le entregó dinero en efectivo en concepto de pago inicial y firmó un contrato en el que se especificaban detalles de la construcción. El acusado le entregó dos puertas de chapa, unos listones de metal, dos bolsas de clavos y un ventiluz, elementos que fueron llevados por el flete de un corralón. Transcurridos unos días, y en razón de que el contratista no se presentaba a trabajar, la mujer comenzó a llamarlo y mandarle mensajes. El acusado le respondió que buscara otra empresa porque él no iba a hacer la obra.
Otro de los denunciantes señaló que contactó al acusado para la construcción de un local en Cerrillos. Al momento de la firma del contrato, le entregó el 50 por ciento del valor de la obra. El imputado puso una fecha de finalización que nunca cumplió y siguió reclamándole dinero para continuar.
Otra de las denunciantes refirió que se comunicó telefónicamente con el acusado y él le ofreció mostrarle una de las obras que había hecho en Cerrillos. Luego de ello, la damnificada decidió contratarlo para que le hiciera una casa prefabricada. Le entregó dinero en efectivo y dos cheques. Acordaron que concluiría la obra estaría en 45 días, cosa que no cumplió. La casa quedó a medio terminar.
Otra de las víctimas relató que se contactó con el imputado luego de leer un aviso en el diario. Él le hizo un presupuesto para la construcción de una vivienda en la localidad de San Carlos. El denunciante le dio la entrega inicial del 50 por ciento y se comprometió a abonarle el resto en cuotas mensuales. Se venció el plazo estipulado para la realización de la obra con nulo avance en la edificación.
La última damnificada firmó un contrato de locación de obra con el acusado para la construcción de una ampliación en seco en su domicilio. Le entregó un pago inicial. Los obreros trabajaron alrededor de ocho días y no regresaron más, dejando la obra inconclusa.
El imputado Walter Gustavo Palavecino (50) llegó a juicio acusado por estafas reiteradas. La jueza María Victoria Montoya Quiroga, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, lo condenó en juicio abreviado a tres años de prisión de ejecución condicional. Además le impuso reglas de conducta por el término de tres años, entre ellas, abstenerse de acercarse a las víctimas. También se lo condenó a resarcir económicamente a los denunciantes en la suma de setenta y dos millones de pesos, pagaderos en doce cuotas iguales y consecutivas de seis millones de pesos cada una.
En el juicio abreviado, el acusado aceptó el acuerdo al que arribaron las partes y reconoció su autoría sobre los cinco hechos de estafa. Además renunció a los plazos para recurrir el fallo.
Salteño se ofrecía para construir casas prefabricadas, pedía el 50% de adelanto y dejaba las obras sin terminar
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