El impacto del ruido político empezó a sentirse en los últimos días y se espera una dura jornada para hoy. Las señales de más demora en la salida del cepo también resultan desalentadoras para los inversores
Tras una seguidilla de ruedas en las que el mercado parecía revertir la tendencia negativa en bonos y acciones, la semana negra para el Gobierno en términos políticos echó por tierra esa mejora del clima financiero. Los reveses encadenados del oficialismo en el Congreso, que marcaron un distanciamiento del macrismo de las políticas oficiales incluso económicas con el apoyo a la ley de nueva fórmula jubilatoria, pusieron en alerta a los inversores. Así, los bonos anotaron su cuarta caída consecutiva con el riesgo país volviendo a la zona de los 1600 puntos básicos, mientras que también retrocedieron las acciones y el dólar financiero se mantuvo estable sólo a fuerza de la intensa intervención oficial.
Las cotizaciones tanto del contado con liquidación como del dólar MEP cerraron por debajo de los $1300 pero sorprendió en el mercado el altísimo volumen operado en esos segmentos, lo que sugiere a los ojos de los analistas la fuerte presencia del Banco Central, que habría destinado en torno a los USD 60 millones en la rueda para mantener bajo control las cotizaciones. “Hoy fue impresionante lo que se operó, incluso con los bonos en baja, lo cual es poco habitual y marca la intervención”, advirtieron en el mercado donde, si bien el equipo económico no hizo más que poner en práctica la política cambiaria que había anunciado, reinaba el desconcierto ante lo decisivo de la operatoria oficial.
“Lo destacado fue sin dudas el nivel de venta de dólares por parte del BCRA. El volumen hoy fue muy alto. El BCRA sigue comprando reservas y los bonos marcaron otro día de bajas, entendemos por reveses en el lado político” explicaron desde IEB, donde hacen el seguimiento diario del volumen operado en el que se observa el fuerte salto en la rueda de ayer, tras dos jornadas en las que ya se percibía el mayor nerviosismo.
Con la obvia intención de amortiguar el impacto de la aprobación de la nueva fórmula de actualización jubilatoria, que tendrá un importante impacto fiscal particularmente a partir del año próximo si, a pesar del veto presidencial que ratificaron ayer desde Casa Rosa, el Congreso insiste en su aplicación, el ministro de Economía, Luis Caputo, envió el previsible mensaje para el mercado: “El equilibrio fiscal no se negocia”, dijo.
Sin embargo, se prevé para hoy una jornada compleja. “La mirada vuelve a la política”, sintetizó el Grupo SBS en su reporte diario para remarcar el impacto del Congreso sobre los activos domésticos.
Y es que, otra vez, aunque ningún operador, analista o inversor del mercado descree de la profunda convicción del presidente Javier Milei y el resto del Gobierno en el equilibrio fiscal, queda en evidencia el insuficiente consenso político en esa materia. Desde la perspectiva del mercado, alcanzar el superávit fiscal es una tarea titánica para el Gobierno pero borrarlo de un plumazo puede ser un trámite de tan solo algunos minutos para el Congreso.
Ese temor se posa sobre otras inquietudes que viene arrastrando el mercado respecto de la política económica y particularmente cambiaria.
Si bien el mercado había empezado a digerir la idea de que se privilegiara acelerar la baja de la inflación incluso a costa de acumular reservas, los dichos de Milei respecto del cepo sobre el fin de la semana pasada fueron un llamado de atención. “Es mentira que no se pueda crecer sin cepo”, dijo el Presidente, una frase en la que muchos leyeron la puesta en suspenso del plan para desactivar los controles de cambios. El propio Caputo se sumó horas más tarde para explicar que lo importante es salir del cepo bien y no tanto “si es un mes antes o un mes después”.
“Cada vez que salen a dar definiciones de las que se desprende que se procrastina la salida del cepo, los precios de los activos locales sufren. Con lo fiscal encaminado, es el nudo a resolver, esto está claro”, apuntó el economista Gabriel Caamaño.