Este 3 de junio se conmemora una década de la primera marcha nacional por Ni Una Menos. En Salta, la Plaza 9 de Julio volvió a ser escenario del grito colectivo contra los femicidios, la desigualdad y la violencia de género.
Hace exactamente diez años, el brutal femicidio de Chiara Páez, una adolescente de 14 años asesinada por su pareja en Santa Fe, encendió una alarma social que se transformó en una de las mayores movilizaciones feministas del país. Bajo la consigna “Ni una menos, vivas nos queremos”, miles de mujeres salieron entonces a las calles para denunciar la violencia de género. Desde entonces, cada 3 de junio se replica el reclamo en cada rincón del país.
En Salta, mujeres y disidencias se autoconvocaron para honrar la memoria de las que ya no están y exigir políticas públicas que prevengan y aborden la violencia machista. En los carteles y las voces se repitieron los nombres de: Dulce, María Luz, Tehuel.
"El dolor de un femicidio es tremendo y más en mi caso porque no tengo un cuerpo que velar”
Uno de los testimonios más conmovedores fue el de Cecilia, madre de María Luz Herrera Leaño, una joven jujeña desaparecida desde hace dos años. Con un cartel que reza “¿Dónde está mi hija?”, la mujer se sumó a la marcha en busca de respuestas. “Esto nos ayuda a visibilizar, acompañándonos entre todos porque todos atravesamos el mismo dolor. El dolor de un femicidio es tremendo y más en mi caso porque no tengo un cuerpo que velar”, expresó en diálogo con InformateSalta.
"El machismo existe y salir a la calle para decir ni una menos es un acto político"
La jornada también incluyó reclamos por los crímenes de odio y la violencia contra travestis y mujeres trans. “Aún nos matan, a las mujeres, lesbianas, travestis, trans. El machismo existe y salir a la calle para decir ni una menos es un acto político. No merecemos morir como víctimas de la violencia machista”, afirmó una de las manifestantes.
A diez años del inicio de este grito colectivo, y Salta siendo una de las provincias con cifras alarmantes de femicidios y desapariciones, los familiares y militantes continúan exigiendo justicia, prevención, acompañamiento y políticas públicas integrales.
