Las cuevas "secretas" de Salta que deslumbran por sus colores y su calma

Las cuevas "secretas" de Salta que deslumbran por sus colores y su calma

Ideal para una escapada distinta, este rincón escondido en Salta sorprende con sus paredes rojizas, formaciones surrealistas que parecen "un túnel de fuego" tallado por la naturaleza y una calma que lo convierten en uno de los secretos mejores guardados del país.

Si estás buscando una escapada diferente para desconectarte de la rutina y recargar energías, estas cuevas secretas del norte argentino son el destino ideal. Lejos del ruido de los lugares más conocidos como Iruya o Hornocal, vas a encontrar un paisaje único, lleno de colores rojizos que parecen salidos de otro planeta y una tranquilidad que te invita a parar el tiempo y disfrutar cada instante.

Pensado para los amantes de la aventura y los que disfrutan descubrir lugares poco explorados, este rincón escondido en Salta ofrece formaciones naturales sorprendentes con un túnel que parce de fuego y una calma que pocos sitios pueden igualar. Perfecto para una descanso que combina naturaleza, misterio y ese toque especial de lo poco conocido, que siempre hace que el viaje sea aún más emocionante.

Las Cuevas de Acsibi están en Salta, en Seclantás, una zona no tan conocida que queda cerca del límite con Jujuy, pero que no siempre figura en los planes turísticos tradicionales. Es uno de esos lugares que, cuando lo descubrís, te sorprende por su belleza natural y ese aire mágico que tienen los sitios poco explorados. Para llegar hay que animarse un poco al camino, pero vale cada minuto allí.

La historia de estas cuevas es tan fascinante como sus colores: Se dice que hace miles de años, la acción del agua y el viento esculpió estas formaciones de roca rojiza que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Por eso, caminar entre sus pasajes es como viajar en el tiempo y meterse en un mundo surrealista, lejos del bullicio y la rutina diaria.

Al recorrerlas, te encontrás con esas paredes talladas por la naturaleza, llenas de tonalidades que van desde el rojo intenso hasta naranjas y ocres, y con formaciones caprichosas que invitan a sacar mil fotos. No es un lugar enorme, pero sí te regala esa sensación de estar en un lugar secreto y casi sagrado, donde todo parece detenido y tranquilo. Lo mejor de todo es cuando el sol atraviesa las grietas en la roca, ya que la luz rebota sobre las paredes y genera un juego de colores que maravillan la retina y te regalan un espectáculo único. 

Además de caminar y maravillarte con el paisaje, en las Cuevas de Acsibi podés hacer picnics, charlar con amigos o simplemente sentarte a respirar aire puro y desconectarte. No esperes grandes instalaciones turísticas ni señal de celular en algunos puntos, porque justamente parte del encanto es esa sensación de estar desconectado del mundo y conectado con la naturaleza.

Si bien no hay hoteles ni restoranes dentro de la zona, en los pueblos cercanos podés encontrar lugares sencillos para quedarte y probar comidas caseras. La idea es llegar temprano, disfrutar la caminata, sacarte fotos y después seguir camino hacia otros destinos del norte que seguro conocés. 

¿Cómo llegar a la zona de las Cuevas de Ascibi?

Para llegar, hay que arrancar desde la plaza central de Seclantás y atravesar un terreno complicado, accesible solo para vehículos 4x4. Después, el resto del recorrido, que dura alrededor de cuatro horas en total, se hace caminando por cañones y senderos poco visibles. La excursión a Acsibi dura entre 6 y 8 horas en total con el viaje. 

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