Un grupo de valientes peregrinos de Entre Ríos avanza incansablemente en sus bicicletas, surcando el asfalto de la Ruta Nacional 16. Su destino: la ciudad de Salta, donde anhelan unirse a la conmovedora celebración del Milagro.
Impulsados por una devoción que no conoce de distancias ni de cansancio, estos promesantes han dejado atrás su hogar, pedaleando con el alma en cada giro. Tras sentir el aliento de Santiago del Estero en Monte Quemado, y la cálida acogida de Taco Pozo en Chaco, sus miradas ya se pierden en el horizonte, soñando con el inminente ingreso a tierra salteña.
Cada kilómetro recorrido es un testimonio de su sacrificio y de la inquebrantable promesa que los guía. Pronto, sus ruedas pisarán el suelo sagrado de Salta, listos para vivir la emoción y la gracia del Milagro.