A más de 11 años de que se abriera el "cupo laboral” para mujeres en el rubro "chofer" de transporte público de pasajeros, se hizo común verlas por nuestra ciudad.
Una de las historias es de Celeste Goitea, una joven de familia de "colectiveros" que cumplió su sueño de pequeña ser "chofer" incluso dejando una carrera universitaria
"Mi papá era chofer y yo viajaba con él, me sentaba en el primer asiento y disfrutaba verlo manejar. Gracias a mi papá elegí este oficio. Mi papá le enseñó el oficio a mis hermanos y entraron a una empresa, yo me presenté teniendo 22 años, el jefe de personal me recibió pero me dijo Salta era machista, era difícil que acepten una mujer y me dijo que iba tratar mi tema, nunca me llamaron".
Finalmente cuando tenía alrededor de 28 años, llegó la primer chofer, la señora Cisneros. "Fui casi la primera en anotarme en esa lista y aprendí mucho y estoy aprendiendo todavía".
Recordó que su papá le daba colectivo. "Yo los manejaba teniendo 12 años, lo que les enseñaba a mis hermanos, me enseñaba a mí. Cada vez que me sentaba en los colectivos y soñaba que era chofer".
Mamá, abuela y chofer
Celeste contó a El Tribuno "Tengo dos hijos, mi hija de 23 años y Santy que tiene 11 y mi nieta de 4 años. Hay que arreglárselas, como mamá, abuela, empleada, pero muy feliz con todo lo que Dios me dio. Mi mamá y mi papá me enseñaron a ser una mujer independiente, desde chica trabajé, a los 12 llevaba a una nena a la escuela, tenía un almacén, despensa, remisera y cuando nació mi hijo más chico estaba estudiando derecho y salió esto y aproveché y dejé, no podía hacer las dos cosas, me iba bien en los estudios"
Concluyó "Soy una mujer completa, anhelo que mis hijos sean felices".