Esto podría darse por la caída del petróleo a nivel mundial. Aunque hay motivos que juegan en contra: la devaluación, los biocombustibles y los impuestos.
Por primera vez desde enero de 2019, hace 5 años y 8 meses, la Argentina está frente a un escenario en el que es posible una baja de los precios de los combustibles (nafta y gasoil). La situación, que ocurrió pocas veces en la historia reciente, podría volver a pasar en octubre, a causa de la caída en los valores internacionales del petróleo crudo.
Según se supo, en la industria petrolera analizan seriamente una baja de la nafta, aunque también hay motivos que juegan en la dirección contraria: la devaluación del peso contra el dólar y la actualización de los precios de los biocombustibles (bioetanol y biodiésel), de 2% mensual en ambos casos, así como la necesidad del Gobierno de recuperar recaudación tributaria con la suba de impuestos a los combustibles.
Con todo, la ventana de oportunidad que se abrió puede ser un golpe de suerte para el presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Aunque la situación los exceda -porque está originada en el mercado internacional-, La Libertad Avanza (LLA) podría aprovechar para mostrar políticamente que en su gestión bajó la nafta, aunque sea apenas unas décimas. Es algo que no le pasó a Alberto Fernández y que pudo disfrutar una vez Mauricio Macri.
La cuestión también va a desatar negociaciones duras en los próximos días entre las refinadoras -YPF, PAE (Axion), Raízen (Shell) y Trafigura (Puma Energy)- y las productoras de petróleo no integradas (Vista, Chevron, Shell, Pluspetrol, Petronas, Equinor, Phoenix y Exxon, entre otras) por el precio al que se pagará el crudo de Vaca Muerta -"Medanito"- en el mercado local.
Durante agosto, las refinerías abonaron entre 68 y 71,50 dólares por barril a los productores, mientras el precio internacional del Brent -la referencia en Argentina-, tuvo un promedio cercano a los US$ 79 y la paridad de exportación estaba arriba de los 72 dólares.
En septiembre, las refinerías están acercando ofertas que oscilan entre US$ 66 y 67 por barril, en tanto que el promedio del Brent está apenas por debajo de los US$ 73. En esta cuenta inciden el 8% de derechos de exportación (retenciones) y los descuentos por calidad, así como el "dólar blend" 80% oficial y 20% contado con liqui.
Es decir, las refinerías jugarán para hacer caer lo que pagan a las productoras de crudo en el mercado interno, y eso poder trasladárselo en parte a los consumidores.