En medio de los hechos diarios, rutinarios, aquellos que acaparan nuestra atención y nuestra emoción, surge un caso cuyas imágenes conmueven con el compromiso de aquellos pequeños que, afrontando la adversidad, demuestran su compromiso, su voluntad y su esmero para estudiar.
¿De qué se trata? El escenario es Santa Victoria Oeste, allá en las alturas, en aquellos cerros empinados e inhóspitos donde un pequeño, con su sencillez y su inocencia, se abre paso entre las montañas para guiar a su profesor y también llegar a tener otro día de clases.
El medio Expresión del Sur compartió las imágenes de cómo este pequeño guía a Exequiel Yareco, docente de Geografía, maestro en el colegio rural de esa localidad, se sirve de la excelente guía de Eithan, alumno de la institución.
A pie, y con la seguridad que le brindan sus conocimientos del territorio, Eithan lleva al profesor a cumplir con su tarea educativa, recorriendo senderos que parecen inalcanzables para quienes no conocen la zona. “¿Todos los días venís a la escuela?”, le pregunta el maestro, recibiendo el “sí” en la suave voz del niño.
“¡Entonces vamos a ser compañeros de caminatas! Está fea esa subida...”, le comenta el maestro mientras ve al niño abrirse paso en el relieve, en las laderas y entre los guijarros de un precario sendero que lleva, al otro lado del cerro, al establecimiento educativo.
Mientras continúan su marcha, el docente pregunta si ya están cerca del camino principal, a lo que Eithan responde, señalando que el camino no le parece feo. "A mí me hace dar miedo", comenta Yareco entre risas.
El entorno es agreste, con vegetación autóctona y arbustos dispersos a los lados del camino. El terreno escarpado y las montañas circundantes dan cuenta de que se trata de una zona serrana. El cielo nublado sugiere un clima fresco o húmedo. Pero ni esto ni la adversidad detienen al niño para recibir otro día de conocimientos y saberes. ¡Emocionante!
