La Justicia salteña imputará al vecino justiciero por privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y lesiones contra los supuestos ladrones

La Justicia salteña imputará al vecino justiciero por privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y lesiones contra los supuestos ladrones

Rechazan la medida de la fiscalía por el vecino que ató a dos supuestos ladrones. Advierten que crece la inseguridad.

El barrio San Justo vive momentos de descontento luego de que la Fiscalía Penal Nº 6 decidiera imputar a Nicolás Alcalá, un vecino que tomó la justicia por mano propia al atar a dos jóvenes que presuntamente robaron su negocio. Alcalá ahora enfrenta cargos por privación ilegítima de la libertad agravada por violencia y lesiones, mientras los vecinos expresan su rechazo a esta medida y denuncian la constante inseguridad que afecta al barrio.

El hecho que derivó en la imputación sucedió cuando Alcalá regresó de un paseo familiar y encontró su negocio saqueado. Según relató su primo, Aníbal Montenegro, notaron que la puerta estaba entreabierta y al ingresar vieron el local revuelto, con una suma cercana a los $600 mil faltante, además de celulares, ropa, zapatillas, bebidas y cigarrillos. Desesperado por el robo, Nicolás decidió capturar a los presuntos ladrones, atándolos a un poste como represalia. Sin embargo, el incidente que comenzó como una medida desesperada para proteger su propiedad, ha desatado una tormenta judicial en su contra.

Los vecinos del barrio han manifestado su apoyo a Nicolás Alcalá, y rechazan enérgicamente la imputación que consideran injusta, dado que él solo intentaba defender su negocio. Para muchos, su acción es un reflejo de la desesperación ante la creciente ola de robos y la falta de acción de las autoridades. "Estamos hartos de los robos, de la inseguridad. Nadie hace nada por nosotros. No puede ser que la justicia sea tan injusta con alguien que solo intentó defenderse", expresó con indignación Aníbal Montenegro, quien insiste en que los robos son moneda corriente en la zona.

El barrio San Justo, según sus habitantes, se ha convertido en un lugar donde el miedo y la inseguridad prevalecen. Los vecinos relatan que, desde hace años, una vivienda abandonada frente al negocio de Alcalá ha servido de refugio para delincuentes y consumidores de droga. "La casa era un aguantadero. Robaban cosas y las pasaban por la tapia. Tuvimos que tomar la iniciativa de derrumbar el paredón para que dejaran de usarla como escondite", contó Montenegro, quien además aseguró que, a pesar de las reiteradas denuncias, no ha habido respuestas por parte de las autoridades locales.

"Al otro día están sueltos"

Los testimonios de otros vecinos confirman que el barrio ha estado lidiando con problemas de inseguridad por un largo tiempo. Marilú, una vecina cercana, también denunció haber sido víctima de un intento de robo y criticó la falta de presencia policial en la zona. "Aquí no baja la policía. No sé si están esperando que haya un muerto para hacer algo y protegernos. Mientras tanto, se ocupan de un inocente como Nicolás", dijo.

A pesar de la gravedad del robo, los presuntos delincuentes fueron liberados al no encontrarse pruebas suficientes para inculparlos. Esto ha generado aún más malestar entre los vecinos, quienes consideran que la justicia está actuando de manera desequilibrada. "Nosotros atrapamos a uno de los ladrones y lo entregamos a la policía, pero al otro día ya estaban sueltos", relató Montenegro, quien no ocultó su frustración.

Robos y venta de droga

Uno de los aspectos más preocupantes que denuncian los vecinos de San Justo es la vinculación entre los robos y venta de droga.

Según varios testimonios, los ladrones operan cerca de una zona donde se vende droga, lo que ha generado aún más temor en la comunidad. Incluso, la familia de Nicolás Alcalá ha recibido amenazas de muerte por parte de presuntos vendedores de droga del barrio, aumentando la sensación de vulnerabilidad de los habitantes.

La falta de intervención por parte de las autoridades ha obligado a los vecinos a tomar medidas por su cuenta. "Nosotros mismos nos paramos a la noche para evitar que vengan a comprar droga. No podemos más", declaró Montenegro.

Niegan que uno de los atados haya estado en el robo

La investigación a Nicolás Alcalá ha desatado un intenso debate entre los vecinos sobre los límites de la justicia por mano propia y la falta de respuestas ante la inseguridad en los barrios. Mientras algunos apoyan la acción del vecino como un acto de desesperación en defensa de su sustento, otros temen que estos casos sigan ocurriendo si no se implementan políticas de seguridad efectivas.

La fiscal penal Elisa Pérez, quien está a cargo del caso, ha iniciado una investigación para determinar la responsabilidad de Alcalá en los delitos de privación ilegítima de la libertad y lesiones. Por otro lado, la madre de uno de los jóvenes atados a un poste ha presentado una denuncia, alegando que su hijo, quien tiene una discapacidad física, resultó herido durante el incidente, aunque asegura que el joven no estuvo presente en el barrio el día del robo.

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