Una de las últimas víctimas que el fin de semana sufrió un ataque brutal y, que por milagro no fue asesinado a golpes, fue el presidente de la comunidad boliviana en Tartagal Dionisio Gutierrez. Un septuagenario que reside en cercanías al puente del río Tartagal sobre la ruta nacional 34 en el barrio Tomás Ryan.
Allí Gutierrez tiene su vivienda, un aserradero y un depósito de mandera y según relató a los medios locales, alrededor de las 16.30 del viernes anterior escuchó movimientos en ese que se encuentra en los fondos de la vivienda y fue a mirar.
En ese momento fue atacado por un sujeto que había ingresado con intenciones de robarle, pero que al verse descubierto lo atacó de manera salvaje, a pesar de tratarse de un hombre bien entrado en años.
"Me vino a robar pero como lo sorprendí se vino encima mío con la intención de matarme; me golpeó con un fierro, me tiró al piso y yo no podía moverme pero me seguía pegando. Yo trataba de defenderme con un fierro pero tomó otro elemento y pretendía darme puntazos. Salieron los perros que lo atacaron y por eso se escapó", relató el infortunado anciano que auxiliado por unos vecinos fue llevado al hospital Juan Domingo Perón donde quedó internado dada la gravedad de sus lesiones.
Mientras él permanecía en el suelo sin poder moverse a consecuencia de la brutal golpiza el sujeto aprovechó para ingresar a la vivienda de Gutierrez y sustraerle una motosierra para luego darse a la fuga.
Gracias a la defensa que hicieron sus perros, fue que este hombre no terminó asesinado a fierrazos, lo que da una idea del nivel de violencia de quienes atacan a personas desprevenidas en una ciudad donde la inseguridad es un tema recurrente todos los días y a cualquier hora del día.