En una tarde colmada de fervor y devoción, Salta vivió un momento histórico con la tradicional procesión del Señor y la Virgen del Milagro. Un mar de fieles acompañó el recorrido sagrado, desde la Catedral Basílica hasta el Monumento 20 de Febrero, renovando el Pacto de Fidelidad con sus Santos Patronos. El repique de las campanas y las plegarias unieron a miles de corazones donde el sol acompañó la fervorosa procesión donde niños hasta ancianos, participaron de este emotivo y multitudinario encuentro.
Como expresó emocionada doña María, una devota de toda la vida, 'cada año es una renovación de la fe y una oportunidad para agradecer las bendiciones recibidas'.
La procesión, que se extendió por varias horas, culminó con la emotiva ceremonia donde el arzobispo Cargnello invitó a los presentes a seguir llevando la luz de la fe en sus corazones.