Los hechos del fin de semana en relación a las muertes de un efectivo policial y un aspirante en 48 horas, que se sumaron a otros varios en los últimos meses, llevaron a que se busquen explicaciones, con la consideración que en años anteriores ya hablaban de la necesidad de una contención necesaria para los miembros de la fuerza.
La salud mental de los policías, al igual que el del resto de la sociedad, se ve afectada por diversos factores, agravadas en algunos casos por los horarios de trabajo excesivos, no solo por los turnos sino por los adicionales que suman dinero a los bolsillos de las familias, pero quitan tiempo.
Otras fuerzas
Esa realidad no es extraña en otras fuerzas como en Gendarmería Nacional donde también, fuentes consultadas, se expresaron al respecto remarcando que solo se hacen estudios cada vez que un efectivo está por ascender.
“Existen dos psicólogas y cada cinco o seis años, para algún ascenso, se las visita”.
En este sentido cabe recordar que cuando ocurrieron las muertes de los 43 gendarmes, en la ruta 34, las psicólogas enfrentaron los dichos de los familiares de los fallecidos, que se sintieron totalmente abandonados, sin contención.
Policía
La realidad en la actualidad es que el área de psicosocial que está dentro de la fuerza, había sido desmantelada, el actual jefe de Policía Diego Bustos, está volviendo a integrar a los profesionales, que se entiende, no son los suficientes para atender a los casi doce mil efectivos en toda la Provincia.
Entonces, esto lleva a que los exámenes psicológicos se realicen cada tres o cuatro años.
Estos exámenes incluían 10 minutos, dibujando o escribiendo, donde se da el apto o no, sea para el ingreso o para un ascenso.
El reclamo es que no existe un seguimiento cuando existe alguna dificultad.
Hay una realidad muy cruda, define una de las fuentes consultadas, “cuando hay un hecho de violencia, ahí se retira el arma, y se ordena un tratamiento psicológico de seis meses como mínimo, pero volvemos a lo mismo superado ese incidente, no existe un acompañamiento”.
Por otra parte, los excesos en los horarios, sobre todo cuando se agregan los adicionales, llevan a que los efectivos vayan apartándose de su núcleo familiar y terminan siendo desconocidos, y ni que hablar cuando madre y padre son miembros de la fuerza, los hijos quedan al cuidado de una tercera persona.
Hoy, el actual jefe de Policía ocupándose de ese tema les hace referencia a que se ocupen de sus familias, otorgando un día a la semana a la tarde para que cumplan con esos vínculos, sin embargo, algunos jefes de unidad, les suspenden esos acuerdos señalando que “falta personal”.
Por otro lado, la Policía no es externa a la sociedad, si se tiene en cuenta que los casos de suicidio en general superaron el centenar hablamos de problemas de salud mental a los que no se está atendiendo.
Son dos las muertes en la Policía que investiga el MPFS
El fin de semana dos muertes en la policía llevaron a que el Ministerio Público Fiscal Salta inicie las investigaciones pertinentes a fin de conocer los motivos que provocaron estos decesos.
Uno de ellos, llevaba más de diez años dentro de la fuerza y ostentaba el grado de sargento. En el segundo caso se trató de un aspirante de la escuela de suboficiales, que todavía no contaba ni con la autorización para portar un arma cargada. El primer hecho se produjo cuando el sargento, que era parte de la custodia de la casa del gobernador Gustavo Sáenz en finca Las Costas, estaba en la garita respectiva, teniendo que cubrir el turno de la noche. El aspirante fue encontrado sin vida el domingo en horas del anochecer. En ambos casos aún el Ministerio Público no dio a conocer los resultados de las autopsias, aunque las sospechas hablan de muertes autoinfringidas.